27.7.14

acá no pasó nada

Están los que no saben oírse. Los que creen que tomarse ese necesario tiempo junto a su cabeza y nadie más alrededor, los ahogará en miles de pensamientos por aquello que fracasó, y fracasar, ellos creen, es una pérdida de tiempo. Los que nunca aprendieron a tirarse en una cama sin nadie al lado que los acompañe. Los que cubren sus desgracias en sábanas de sexo (al que llaman amor) y risas superficiales, para evitar el momento en que tengan que oír a sus propias mentes susurrándoles todo lo que perdieron. Entonces, cuando les va mal, cuando cayeron tan bajo que ni ellos mismos serán conscientes de cuán cerca del suelo están, comienzan a alterarse, van para allá, corren para acá, viven, viven rápido, ligero, se ríen, toman, se enamoran, mientras esconden sus fracasos sucesivos (que cada vez serán más recurrentes) año tras año sólo por no haber aprendido nunca a escucharse a sí mismos.

Así, un día, vas a explotar, y te vas a acordar de mí, de lo que nunca pensaste, de lo que creíste que no había significado nada porque preferiste dejarlo olvidado gracias a tu ficticia filosofía de creer que así vivís mejor, cuando en realidad, al no conocer tus fracasos, nunca vas a sentir la satisfacción de haber aprendido algo por vos mismo.

"pretender la rehabilitación alterándose es una triste redundancia" me dijo ese tipo que hablaba con tono francés.